Post by BWN Admin on Jul 19, 2014 16:45:26 GMT
Conspiración Judeo-Masónico-Comunista-Internacional
El historiador estadounidense y comunista Richard Hofstadter, en su ensayo El estilo paranoico en la política americana, argumenta que muchos de sus colegas "imaginan muy a menudo la existencia de una vasta o gigantesca conspiración como la fuerza motivadora de fondo en los acontecimientos históricos. ¡La realidad es que la historia misma es una conspiración!"
Durante muchos años, las teorías de conspiración han sido sistemáticamente despreciadas por la mayor parte de los historiadores de cierta relevancia. Para estas mentes analíticas y eruditas, la existencia de uno o varios grupos de seres humanos empeñados en trabajar de forma secreta, durante largos periodos de tiempo y siguiendo planes cuidadosamente trazados para hacerse con el poder, es poco menos que un argumento de una novela fantástica o una película de ficción. Después de todo, como afirma el historiador y sociólogo Paul H. Koch, "la primera labor de cualquier conspiración es convencer al resto de la sociedad de que no existe conspiración alguna."
La mayoría de las teorías de conspiración terminan invariablemente apuntando a un grupo concreto y definido: los judíos. En ocasiones la conspiración se exagera de forma delirante y surgen brotes irracionales de antisemitismo, tal fue el caso ocurrido durante la Edad Media en el que se acusó falsamente a los judíos de haber provocado la peste negra por envenenamiento de pozos. Pero este tipo de antisemitismo ignorante y emocional, parte siempre de una base anterior, expresada por aspectos recurrentes de la conducta judía.
Dentro de las teorías pseudocientíficas que intentan explicar el origen del antisemitismo y cuya teoría más difundida es la teoría del chivo expiatorio, se llega a señalar con incomprensión que ningún otro grupo de personas en el mundo ha sido simultáneamente acusado de cosas tan contradictorias entre sí como:
* Alienación de la sociedad, por un lado y cosmopolitismo, por otro.
* Ser explotadores capitalistas y agentes de las finanzas internacionales, y a la vez de ser agitadores revolucionarios.
* Actuar como agresores militantes, pero ser pacifistas cobardes.
* Adherirse a una religión y ser agentes del modernismo, el materialismo y el ateísmo.
* Mantener una ley rígida mientras son moralmente decadentes.
* Enfatizar el individualismo y al mismo tiempo tener una consciencia común.
* Preservar su propia raza evitando la mezcla racial con otros pueblos y al mismo tiempo promover el mestizaje.
* Denunciar violencia antisemita por un lado y fomentar el antisemitismo como forma de victimización.
Lo que no se ha comprendido, siguiendo la vasta evidencia de ello, es que para los que están "detrás del telón" hay una doctrina propia, que guardan celosamente para sus congéneres, y otra doctrina, subversiva, que debe ser promovida a los goym como recurso para desmoralizarlos, para despojarles de su carácter, de su cohesión, de su unidad, de su identidad, para dividirlos y vencerlos.
La estrategia ha mantenido siempre sus características fundamentales:
* Abolición de toda autoridad no avalada.
* Abolición de la propiedad privada.
* Abolición de las clases sociales.
* Destrucción de los conceptos de raza, nacionalismo y patriotismo.
* Abolición del concepto de la familia tradicional y clásica.
* Promoción del ateísmo y posturas antirreligiosas.
La época de la Ilustración, caracterizada por el avance en el pensamiento científico y la positiva superación del oscurantismo y la superstición, facilitó cuestionar aquellos conceptos antiguos o tradicionales de fundamento religioso, viéndose así debilitado el concepto del mandato monárquico por derecho divino, lo que constituyó una oportunidad decisiva para establecer un nuevo régimen.
El historiador estadounidense y comunista Richard Hofstadter, en su ensayo El estilo paranoico en la política americana, argumenta que muchos de sus colegas "imaginan muy a menudo la existencia de una vasta o gigantesca conspiración como la fuerza motivadora de fondo en los acontecimientos históricos. ¡La realidad es que la historia misma es una conspiración!"
Durante muchos años, las teorías de conspiración han sido sistemáticamente despreciadas por la mayor parte de los historiadores de cierta relevancia. Para estas mentes analíticas y eruditas, la existencia de uno o varios grupos de seres humanos empeñados en trabajar de forma secreta, durante largos periodos de tiempo y siguiendo planes cuidadosamente trazados para hacerse con el poder, es poco menos que un argumento de una novela fantástica o una película de ficción. Después de todo, como afirma el historiador y sociólogo Paul H. Koch, "la primera labor de cualquier conspiración es convencer al resto de la sociedad de que no existe conspiración alguna."
La mayoría de las teorías de conspiración terminan invariablemente apuntando a un grupo concreto y definido: los judíos. En ocasiones la conspiración se exagera de forma delirante y surgen brotes irracionales de antisemitismo, tal fue el caso ocurrido durante la Edad Media en el que se acusó falsamente a los judíos de haber provocado la peste negra por envenenamiento de pozos. Pero este tipo de antisemitismo ignorante y emocional, parte siempre de una base anterior, expresada por aspectos recurrentes de la conducta judía.
Dentro de las teorías pseudocientíficas que intentan explicar el origen del antisemitismo y cuya teoría más difundida es la teoría del chivo expiatorio, se llega a señalar con incomprensión que ningún otro grupo de personas en el mundo ha sido simultáneamente acusado de cosas tan contradictorias entre sí como:
* Alienación de la sociedad, por un lado y cosmopolitismo, por otro.
* Ser explotadores capitalistas y agentes de las finanzas internacionales, y a la vez de ser agitadores revolucionarios.
* Actuar como agresores militantes, pero ser pacifistas cobardes.
* Adherirse a una religión y ser agentes del modernismo, el materialismo y el ateísmo.
* Mantener una ley rígida mientras son moralmente decadentes.
* Enfatizar el individualismo y al mismo tiempo tener una consciencia común.
* Preservar su propia raza evitando la mezcla racial con otros pueblos y al mismo tiempo promover el mestizaje.
* Denunciar violencia antisemita por un lado y fomentar el antisemitismo como forma de victimización.
Lo que no se ha comprendido, siguiendo la vasta evidencia de ello, es que para los que están "detrás del telón" hay una doctrina propia, que guardan celosamente para sus congéneres, y otra doctrina, subversiva, que debe ser promovida a los goym como recurso para desmoralizarlos, para despojarles de su carácter, de su cohesión, de su unidad, de su identidad, para dividirlos y vencerlos.
La estrategia ha mantenido siempre sus características fundamentales:
* Abolición de toda autoridad no avalada.
* Abolición de la propiedad privada.
* Abolición de las clases sociales.
* Destrucción de los conceptos de raza, nacionalismo y patriotismo.
* Abolición del concepto de la familia tradicional y clásica.
* Promoción del ateísmo y posturas antirreligiosas.
La época de la Ilustración, caracterizada por el avance en el pensamiento científico y la positiva superación del oscurantismo y la superstición, facilitó cuestionar aquellos conceptos antiguos o tradicionales de fundamento religioso, viéndose así debilitado el concepto del mandato monárquico por derecho divino, lo que constituyó una oportunidad decisiva para establecer un nuevo régimen.