Post by BWN Admin on Jul 19, 2014 16:43:21 GMT
El Talmud (del hebreo התלמוד) es una obra que recoge las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, leyendas e historias. El Talmud se caracteriza por preservar la multiplicidad de opiniones a través de un estilo de escritura asociativo, mayormente en forma de preguntas, producto de un proceso de escritura grupal a veces contradictorio.
El judaísmo considera al Talmud la tradición oral, mientras que la Torá (el Pentateuco) es considerada como tradición escrita.
El talmud no es, pues, un sólo libro como parecen dar a entender algunos escritores que lo citan, sino por el contrario, un extenso cuerpo de obra que abarca 63 libros en total, como acabamos de ver, distribuidos en 613 capítulos. Casi tantos como la Biblia. Y consta de dos grandes partes: la Misná, la primera parte, a que acabamos de referirnos; y la Guemará, que es una glosa a la anterior, es decir, un comentario del comentario. En realidad, estas dos partes van en cada libro; la segunda a continuación de la primera, o incluso intercalada con ella.
Redactada la Misná, ésta fue siendo objeto de estudio y enseñanza, particularmente entre los siglos II y V, por las dos escuelas o academias rabínicas más importantes de aquel entonces, la palestina o de Jerusalén y la babilónica [xvii]. Ese fue el motivo por el que, sucesivamente, fue recibiendo más añadidos y ulteriores comentarios, que, reunidos, vinieron a constituir la segunda parte o Guemará.
Cada escuela siguió sus propios métodos, y así, dieron nacimiento a un Guemará doble, que, posteriormente, tras distintas interpretaciones y polémicas, concluyó con dos redacciones distintas. La versión del Guemará de Jerusalén, se debe principalmente al rabino Jochanan, quien presidió la sinagoga de Jerusalén durante ocho años y concluyó sus trabajos en el año 230 d.C. La versión babilónica, sin embargo, se fue compilando por distintos rabinos y épocas. El rabino Aschi trabajó en la tarea de su redacción durante sesenta años -se dice-, desde el 327. La siguió posteriormente el rabino Maremar, desde el año 427, y la completó el rabino Ravina alrededor del año 500. Se acepta generalmente, que la versión de Jerusalén, por su brevedad y vaguedad, es más rehusada por los judíos, en cambio la babilónica, fue tenida siempre en más estima por los judíos de todas las épocas.
La Guemará, por consiguiente, no es más que una suma de comentarios sobre la Misná. Si bien, algunos preceptos de la Misná no fueron examinados, ya que su explicación se dejó para la venida de Elías y del Mesías. Pero, por lo de pronto, la Guemará, no solamente entró a formar parte del Talmud, sino que llegó a más, llegó a alcanzar una más alta consideración que la Misná y la propia Torá o Ley mosaica.
Es el Talmud el que viene a avalar esta última afirmación. En el tratado Sopherim (25, 7, fol. 13 b), se sienta esta curiosidad: "La Sagrada Escritura se asemeja al agua, la Misná al vino, y la Guemará al vino aromático".
Ya en dos libros anteriores del Nezikin -IV parte o código-, se hace una valoración sobre este particular. En el libro Baba Metsia (fol. 33 a) se dice al respecto: "Aquellos que se dedican a leer la Biblia ejercitan una determinada virtud, pero no mucha; aquellos que estudian la Misná ejercitan una virtud por la que serán premiados; pero, no obstante, aquellos que se dedican a estudiar la Guemará ejercitan la más grande de las virtudes".
Y en el tratado Sanhedrín (10, 3, fol. 88 b), se rebaja igualmente a un segundo plano el valor de la Ley o Torá, es decir, el Pentatéuco, la misma Biblia, al establecer que:
"Aquel que quebranta las palabras de los escribas peca más gravemente que aquellos transgresores de las palabras de la Ley". Asimismo, esto aparece sentado en el libro Erubhin (2º libro del II código o Moed): "Hijo mío, presta atención a las palabras de los escribas antes que a las palabras de la Ley"
De donde se deduce claramente, por consiguiente, que lo inspirado tiene más fuerza que la fuente inspiradora. Las palabras de los rabinos valen mucho más que las Escrituras Sagradas. Y de aquí se desprende que, si los rabinos preconizan el crimen -además de otras cualesquiera barbaridades-, en sus aberrantes interpretaciones del Pentatéuco, no cabe duda de que sus enseñanzas son las que valen y se imponen para todos los judíos. Resulta deplorable aquel alegato de los defensores de Israel, de que sus leyes se inspiran en la ley mosaica, porque lo que realmente hacen es tergiversar y sobar sobre aquella ley según mejor les convenga; como los buenos curtidores de pieles antes de rematar el curtido. Y desde luego el Talmud prescribe el delito como cosa normal frente a los goim (los no judíos).
Hay que hacer la salvedad de que a los 63 libros del Talmud, a que ya hemos hecho referencia, se le han agregado cuatro breves tratados más, por posteriores escritores, pero que no han sido incluidos en el Talmud corriente. Destacando Pranaitis, que casi todas las ediciones del Talmud tienen la misma cantidad de folios y la misma disposición del texto; solamente varía el tipo de imprenta o formato, según sea modelo grande o pequeño.
Como de todas formas, esta obra fue haciéndose voluminosa y desordenada, los judíos sintieron la necesidad de algo más sencillo y manejable, lo que fue originando una nueva tendencia, no de compilación sino de recopilación o breve compendio, que empezó a dar sus frutos a partir del siglo XI. El primero que llegó a publicar un Talmud breve, fue el rabino Isaac ben Jacob Alphassi, aunque no llegó a tener éxito.
Actualidad y ocultación del Talmud
La existencia del Talmud ya no puede ser negada por nadie. Ya hemos dicho que lo escrito, escrito está. Pero se pretende poner en tela de juicio su permanente vigencia, su actualidad, aunque parezca en principio ser un intento fútil. Pues son ellos mismos los que nos muestran con frecuencia todo lo contrario.
Sobre este particular podemos traer aquí como prueba, una sentencia no muy lejana, divulgada en España por la agencia Efe, con fecha 20.12.1979, diciendo que:
"El Tribunal rabínico de Haifa (Israel), ha condenado hoy a un marido a tener relaciones sexuales con su mujer.-La víctima es un profesor de enseñanza media de 32 años, cuya esposa se querelló porque desde hace ocho meses no mantenía relaciones sexuales con ella". Y añade que, "la decisión de los jueces rabínicos se ha basado en el Talmud (sic), que prescribe que los esposos han de tener relaciones sexuales continuadas, salvo el caso de fuerza mayor. La multa ha de ser pagada según lo fijado por el Talmud".
En lo que yerra la nota de prensa, es en señalar que el Talmud fue redactado en el año 600 antes de Jesucristo.
Aunque sea de pasada, hagamos la observación de que la moral sexual israelita, en este punto, no anda muy lejos de la de sus hermanos en Abraham, los musulmanes; ambas muy distantes de la cristiana. A propósito de esta sentencia, creemos que los jueces, necesariamente tuvieron que tener a la vista, aparte otras consideraciones, el Libro IV del Schulchan Arukh, dedicado al Derecho matrimonial, a la mujer, sus enfermedades, dote, etc., en estos parágrafos numerados que vamos a ver, los que muestran su estancamiento en una moral primitiva, verdaderamente arcaica y discriminatoria para la mujer -todavía se justifica la poligamia, el aborto, y la consideración de mujer objeto-, y transcribimos seguidamente ya sin más comentarios, dejándolo al criterio ajeno:
"1. A todo israelita le está permitido tener tantas mujeres simultáneamente como pueda alimentar. Pero los sabios han recomendado mantener sólo cuatro mujeres, para que por lo menos recaiga una vez sobre cada mujer un ayuntamiento carnal. Para la mujer el mandamiento de la procreación no tiene fuerza obligatoria".
"6. Un kohen (sacerdote judío) no debe casarse con una divorciada, ramera o debilitada. ¿Quién es una ramera? Cualquier mujer no judía, o también una judía que ha tenido relación con alguien a quien no le estaba permitido casarse con ella".
"44, 8. Cuando un israelita se casa con una akum (no judía) o una esclava, entonces el casamiento es nulo, porque no son capaces de ser tomados en casamiento, e igualmente cuando un akum o esclavo se ha casado con una israelita".
(En el parágrafo 27, anterior, se dice que "sólo es prostitución, aun en el caso de previa conversión de la otra parte a la religión israelita").
"62. Puede uno casarse en un mismo día con tantas mujeres como quiera, y es suficiente que se diga las usuales siete bendiciones Sólo una vez sobre todas las mujeres. Pero hay que gozar con cada mujer en particular, es decir, con una doncella durante siete, y con una cohabitada tres días".
"76. Aquellos que no tienen ocupaciones de ninguna índole deben practicar el ayuntamiento carnal cada noche; los obreros de la ciudad dos veces en la semana; los que trabajan fuera de la ciudad una vez, los conductores de camellos una vez al mes, los muleros una vez en la semana, los marineros una vez en seis meses, los eruditos sólo el sabat. Al que es débil se le debe examinar para ver cuanto puede rendir. El ayuntamiento carnal debe ser practicado el día en que la mujer se ha bañado. Cuando tiene varias mujeres, no todas necesitan vivir en la misma casa".
Por otra parte, no quieren dar a conocer estos libros, más bien tratan de ocultarlos tomando prevenciones amparadas en lo consignado en los mismos sobre este particular, quizá para hacerle un cumplido a aquella observación de Tácito de que "todo lo desconocido se supone maravilloso".
Este afán de ocultar es viejo porque ha echado raíces en los viejos libros talmúdicos y en las sentencias rabínicas. En el Sanhedrín se plasma lo siguiente: "Un gentil que estudie el Talmud y un hebreo que lo ayude en tal estudio, deben ser condenados a muerte".
En el libro Dibbre -David, se hace esta otra advertencia: "Comunicar a un no judío algo de nuestros libros religiosos, sería lo mismo que matar a todos los judíos, pues si los no judíos supiesen lo que enseñamos en contra de ellos, ¿no nos matarían a todos nosotros?"
Y añade esta recomendación: "El judío está obligado, cuando se le pregunta sobre la interpretación de cualquier frase de la literatura de los rabinos, a interpretarla falsamente, a fin de evitar que contribuya con una explicación verídica de las frases, al enriquecimiento de los conocimientos de otros en la interpretación de las escrituras rabínicas, porque lo contrario deberá ser castigado con la muerte según dice el Talmud".
La obligatoriedad del Talmud
Conociendo de todas formas, cierto rechazo de muchos judíos hacia su libro sagrado, y no obstante, el ensogamiento existente entre ellos y de todos a la autoridad rabínica, cabe preguntar:
¿Cómo se mantiene entonces la obligatoriedad del Talmud? A lo que hay que contestar rotundamente: por imposición.
¿Y, de quién? Pues, del rabino y del Kahal (Consejos Supremos, Regionales y Locales).
Ha de tenerse presente que el Talmud, como ya hemos dicho, no solamente trata de religión, sus preceptos abarcan muchas más materias de carácter social y político. Los rabinos, antes de recibir su título profesional, tienen que estudiar y pasar exámenes rigurosos, todos, de Biblia, Talmud y Cábala. Y donde haya judíos hay organizado un kahal. Y todo judío -sin excepción- está sometido a una férrea disciplina y obediencia ciega a sus jefes, y los jefes al Gran Rabinato, bajo amenaza de distintos castigos, incluida la pena de muerte, generalmente por el veneno, como refiere Jean Boyer.
Son los mismos rabinos los que confirman el dato de que el control de cada individuo judío es muy minucioso en todas las actividades de su vida pública y privada.
Desde los trece años queda sujeto al judaísmo, ha de obedecer, prestar juramentos, infiltrarse en el partido o institución que se le ordena, pagar impuestos privados al kahal, y no luchar ni pleitear contra otro judío sin permiso de sus autoridades israelitas. Así es como ha venido sosteniéndose el judaísmo y logrado ser la secta racista mejor financiada del mundo, aparte el fanatismo innato de todo judío.
¿Qué ocurre si un israelita se queja o no se somete? Sencillamente, no es escuchado, o puede ser excomulgado, o, en caso extremo, condenado a muerte. Vamos a traer aquí solamente dos muestras, de dos casos divulgados en la prensa y recogidos por distintos autores, que nos ponen claramente de manifiesto como funcionan el kahal y como actúa o responde el Gran Rabinato, en caso de insumisión. Estas son las dos muestras: Una queja de dos judíos hecha pública a medio de carta y la excomunión del político norteamericano Henry Kissinger.
Queja de dos judíos al Gran Rabino
La carta de los dos judíos apareció en un diario de Esmirna (Turquía), l´Echo de l´Orient, de fecha 18 de abril de 1840, dirigida al Gran Rabino. Contiene una grave denuncia y es indudable que -como todas estas protestas-, conlleva cierto peligro. Estos son esencialmente sus términos:
"Si la religión judía está enteramente basada en la Biblia, como lo hace creer el Sr. Gran Rabino, le rogamos nos indique el texto que sirve de apoyo a las prácticas siguientes:
"1.º ¿Dónde se encuentra que el uso de la carne está prohibido cuando el buey, la cabra o el cordero no fueron degollados por la mano de un rabino?
"2.º ¿Que el vino está prohibido siempre que hubiese sido elaborado o tocado por una persona que no profesara la religión israelita?
"3.º ¿En dónde está el texto de la Ley, que en los días de sabat prohíbe a los israelitas caminar si es portador de una llave, de un alfiler, de un reloj o de cualquier otro objeto que no le sea absolutamente necesario?
"4.º ¿Qué se diga en que parte del testamento se lee que los que emplean su tiempo en la lectura del Talmud, aunque sean ricos negociantes, serán eximidos de los impuestos debidos a la comunidad israelita y al Gobierno mismo, y que los pobres deberán pagar por ellos?
"¿Quieren saber qué nos sucede, a los pobres israelitas, si rechazamos el sometemos a las caprichosas exigencias de los rabinos?
"Si tenemos algo de dinero, nos lo sacan por la fuerza; si no tenemos, se nos excomulga, o si no, nos libran a las autoridades para ser castigados como malhechores.
"¿Tratamos de defendemos ante nuestros jueces? Cientos de falsos testigos declaran contra nosotros, ya que la ley rabínica tolera el uso del fraude y del artificio, la persecución, y hasta la muerte de todo humano que se oponga a la práctica de lo que los autores de esta Ley, llaman nuestra religión."
Como podemos ver, la averiguación de la respuesta a la insumisión ya nos la facilitan ellos mismos, no exige mucho esfuerzo mental, ni hay porqué añadir nada más porque sería como dar lanzadas a moro muerto.
La excomunión de Henry Kissinger
Veamos ahora el caso de Henry Alfred Kissinger, cuyo verdadero nombre es Abraham ben Elazar. Los judíos suelen cambiar de nombre con tanta o más facilidad que de ropa interior, sobre todo al cambiar de nacionalidad. Se trata de un judío nacido en Alemania el 27 de mayo de 1923, en la localidad de Fürth (Baviera), en donde convivió con sus padres hasta 1938 en que emigraron a Estados Unidos. Su padre mientras vivió en Fürth ejerció como rabino y se dedicó además a la enseñanza. A los 15 años, pues, Kissinger emigra, cursa estudios en la Universidad de Harvard, en donde después pasaría a ser profesor de la misma. En 1943 ingresa en el ejército estadounidense, y como intérprete es embarcado con la 84 División de Infantería para la ocupación de Europa, pasando poco después al servicio de espionaje; seguidamente a la Escuela del Servicio Secreto del Comando Europeo, en la que también pasa a ser profesor, y al propio tiempo se convierte en un agente del espionaje soviético, sirviendo más fielmente al comunismo que al imperialismo yanqui. Kissinger, mantuvo no solamente relaciones sino amistad íntima con Guillaume, el espía rojo cuya también íntima relación con Willy Brandt, obligó a éste a abandonar transitoriamente la escena política; fue el impulsor de la política pro-comunista de Alemania Federal así como el responsable de la entrega de Vietnam al bolchevismo.
Participa ampliamente en la política y vida económica de EE.UU., siendo consejero ininterrumpidamente de Kennedy, Johnson (demócratas), Nixon y Ford (republicanos), así como miembro activo de los Bilderberg y de la Trilateral; hasta que comienza a tomar iniciativas propias, y por desobediencia o pretender independizarse del Gran Rabinato, aun con más poder que el suyo propio, fue excomulgado, o expulsado de la comunidad judía, no importa ahora que ésta sea o no considerada exclusivamente religiosa; como ya anteriormente lo había sido Baruch Spinoza, Maimónides, y otros sabios del judaísmo. Los judíos están sometidos entre ellos a una férrea disciplina, y han de ser todos muy obedientes y solidarios, sin desmandarse. Incluidos los rabinos, porque éstos podrán rebelarse aunque sea contra el mismo Yavé, pero contra el Gran Rabinato, eso jamás.
No ha importado que anteriormente Kissinger hubiese consagrado toda su vida y obra, inteligencia y trabajo, al servicio del sionismo y particularmente del comunismo. Y que hubiese alcanzado el Premio Nobel de la Paz -con tan buenas recomendaciones-, en 1973, juntamente con el vietnamita Le Duc Tho, quien lo declinó por no compartirlo precisamente con Kissinger. La excomunión, por otra parte, demuestra que su posible aplicación a cualquier otro judío errante, sigue en vigor. El Talmud está en pie.
El anuncio de la excomunión se hizo en el periódico judío Jewish Press, de Nueva York, de 18 de junio de 1976, página 18; y posteriormente en el magazine mexicano Jet Set, no. 17, año 2, de abril de 1977, páginas 22 y 23, de México. El acto tuvo lugar en un salón del hotel Hilton de Nueva York. Kissinger quedó así condenado al ostracismo político, profesional y económico, hasta que vuelva a ser rehabilitado. Reproducimos extracto de estos documentos que resultan ser incontrovertibles.
En resumen, dos aportaciones que consideramos suficientes para formar criterio, en esta audiencia pública, de que las leyes talmúdicas siguen estando de actualidad.
Declaraciones vertidas por el propio Talmud
De lo que piensan los judíos sobre si mismos: pueblo escogido; de lo que piensan sobre los demás pueblos: idólatras destinados a servir y honrar a Israel; de la consideración sobre los demás humanos: bestias, basura, prostitutas; sobre sus mayores aspiraciones: alcanzar el dominio mundial, por cualquier clase de medios; sobre el concepto de bienes y propiedades ajenas a los judíos: bienes mostrencos, todos los del mundo le pertenecen al judío; así como sobre los crímenes sanguinarios: sacrificios necesarios para agradar a Dios; e incluso sobre otros aspectos importantes del pensamiento judío, da razón sobrada el Talmud, en donde se revelan claramente y hasta de forma reiterativa, y repiten como un eco todos cuantos rabinos vinieron escribiendo, siglo tras siglo, sobre judaísmo. La cuestión no es baladí ni pasajera.
Mas no se puede hacer ahora una reseña apresurada de citas talmúdicas sobre todas estas cuestiones, ya que resultaría desmesurada y no es este nuestro propósito.
Baste para la acusación, como para formar recto criterio el lector ante esta tribuna pública, traer aquí solamente aquellas que aluden a aspectos generales y particularmente al asesinato del goy (el no judío).
Lo que ya tienen escrito no puede ser negado, quizá tergiversado, pero las intenciones quedan al descubierto, y los hechos demuestran su concordancia, corroborando sus instintos.
Sólo hemos de hacer la advertencia previa de que las alusiones al no judío, esto es, al idólatra, al pagano, al gentil, al akum, al goy, después de la venida de Jesucristo se dirigen preferentemente al nazareno, al cristiano, también al musulmán, y muy especialmente al católico.
Aparte el precepto ya transcrito al principio de estas consideraciones sobre el Talmud, de que sólo el judío es humano, a los demás puede mentirles, trampearlos y robarlos, puede violarlos y asesinarlos; nos encontramos con otras prescripciones de igual tono y similar criterio, que están en contra de toda sana conciencia, repugnan aun al más débil, desafían al más fuerte y, nos afligen a todos. Y que trataremos de recoger seguidamente, en lo que consideramos más trascendente.
Sobre el trato a los gentiles y la supremacía judía sobre la Tierra
“Allí donde lleguen los judíos deberán convertirse en patrones, y hasta que no logremos el dominio absoluto, debemos considerarnos como exiliados y prisioneros; hasta que no nos hayamos apoderado de todo, no debemos cesar de gritar: ¡ay, que tormento!, ¡ay que humillación!”. (Sanhedrin fol. 104, c. 1).
“Si un judío es tentado a hacer el mal, el debe ir a una ciudad donde no sea conocido y hacer el mal ahí”. (Moed Kattan 17a)
“Cualquiera que desobedezca a los rabinos, merece la muerte y será castigado en el infierno sumergiéndolo en excremento hirviente.” (Erubin 21b.)
“Golpear a un judío, es como golpear la cara de Dios”. (Sanhedrin 58 b).
“Dios se muestra en la tierra en las semblanzas del judío: Judío, Judas, Judá, Jevah o Jehová, son el mismo y único ser. El hebreo es el Dios viviente, el Dios encarna¬do; es el hombre celeste, el Adam Kadmon. Los otros hombres son terrestres, de raza inferior. Sólo existen para servir al hebreo; son pequeñas bestias”. (Qabbalah ad Pentateucum, fol. 97, 3)
“YHVH creó al no Judío en forma humana para que el Judío no sea servido por bestias. Por lo tanto, el no Judío es un animal en forma humana, condenado a servir al Judío de día y de noche.” (Midrasch Talpioth, 255d, Warsaw 1855)
“Así como los hombres son superiores a los animales, los judíos son superiores a todos los pueblos de la tierra”. (Sepher Zeror a Mar, folio 107, b.)
“Solamente los judíos deben ser llamados hombres, pero los goim, que vienen del espíritu impuro, no tienen derecho más que al nombre de puercos”. (Jalkut Reubeni, folio 10, b.)
"El no judío es basura; es excremento." (Schulkhan Arukh, con las palabras del Rabí Josef Caro)
“Todos los niños gentiles son animales." (Yebamoth 98, a)
"Los pueblos de gentiles constituyen el prepucio del género humano que debe ser cortado." (Libro de Zohar, s.n. con.)
"¿Qué cosa es una prostituta? Toda mujer no judía" (Eben ha Ezer, 6, 8)
“Es natural que los judíos no estén obligados a matar a un goim con el cual viven en paz, pero nunca les será permitido el salvarle.” (Schulchan Aruk. Ley 50.)
“Los casamientos que se hacen entre gentiles no tienen ninguna fuerza legal, es decir, que la cohabitación es exactamente como el apareamiento de animales: por consecuencia, a sus hijos no se les considerará ningún vínculo de parentesco, ni con el padre, ni con la madre.” (Schulchan Aruk. Ley 88.)
En el libro Qabbalah ad Pentateucum, (fol. 97, 3), los judíos se glorifican de esta manera a si mismos:
"Dios se muestra en la tierra en las semblanzas del judío: Judío, Judas, Judá, Jevah o Jehová, son el mismo y único ser. El hebreo es el Dios viviente, el Dios encarnado; es el hombre celeste, el Adán Kadmón. Los otros hombres son terrestres, de raza inferior. Sólo existen para servir al hebreo; son pequeñas bestias."
Y visto ya esto, resultará de fácil comprensión para esta breve audiencia, la sospecha de que los judíos se nos presentan a todos los demás hermanos en Cristo, como un hormiguero de pequeños mesías. Al verdadero todavía le esperan como a un rey, que pondrá a todos los demás seres y riquezas a los pies del hormiguero, para su mayor servicio y gloria.
En el mismo Talmud, III Parte o Naschim, (en el libro Kethubot, fol. 111 b), se puede leer lo siguiente:
"El Mesías (aún esperado por los hebreos) dará a los judíos el gobierno real del mundo; todos los pueblos les servirán y todos los reinos les serán sometidos."
"Pero esa época será precedida por una gran guerra en la que las dos terceras partes de los pueblos perecerán. Los judíos necesitarán siete años para quemar las armas conquistadas." (En el Abramanel, Masmia Jeshua, fol. 49 a).
Y nada menos que llegan a establecer un parangón entre la sabiduría rabínica y la del mismo Dios. Algo insólito. En la II Parte de la Misná, o sea, en el Moed, en su último libro o tratado llamado Chaniga, se puede leer asimismo:
"Dios, el Señor, pide a menudo su opinión a los rabinos en la tierra, cuando en el cielo se presenta una cuestión difícil en cuanto a la Ley". Opinión esta defendida, además, por el rabino Menachen al que le siguen otros.
Y se puede subrayar esta otra:
"Jehová mismo, en el cielo, estudia el Talmud de pie. Tal es el respeto que tiene por este libro." (Trat. Mechilla).
Sobre los bienes de los gentiles
Sobre los bienes de los no judíos hay varias prescripciones talmúdicas, pero baste citar algunas para formar idea clara de la falta de la más mínima consideración:
“Dios ha dado a los judíos poder sobre la fortuna y sobre la vida de todos los pueblos”. (Sepher Haikarim III, 25; Jalkut Simeoni, folio 83, col. 3)
“El judío puede apoderarse de las propiedades de los no judíos”. (Baba Mezia, folio 61, a.)
"Las propiedades de los goim son y tienen la reputación de un desierto o de las arenas del mar, quien las ocupare primero (entre los judíos), será su legítimo poseedor. "
"Los bienes de un no judío son como un bien mostrenco, y el que viene primero, éste toma posesión de ellos." (Choschen Hammischpat, 156.5).
Comentando estos preceptos el rabino Isidoro Loeb, escribía en 1892, en su obra "La literatura de los pobres de la Biblia":
"Toda la fortuna de las naciones pasará al pueblo judío; el fruto de los graneros de Egipto, los ahorros de Etiopía, serán de él; marcharán detrás del pueblo judío, encadenados, como cautivos, y se prosternarán a sus plantas. "
Otro precepto que viene a incidir en lo mismo, se encuentra en el libro Sepher Ikarim, en donde también se encuentran los principales ataques contra la fe cristiana:
"Dios ha dado a los judíos poder sobre la fortuna y la vida de todos los pueblos."
El escritor judío Marcus Eli Ravage, nacido en Rumania en 1884 y emigrado desde joven a Estados Unidos, en donde estudió, con estancias en París, escribió en The Century Magazine de enero de 1928, vol. 115, lo siguiente, contradictorio en sí mismo:
"En tiempos de guerra nos sustraemos a nuestro deber por la Patria, porque por naturaleza y tradición somos pacíficos. Somos los archi-instigadores de guerras mundiales y los principales beneficiarios de tales guerras."
"Somos en una misma persona los fundadores y adeptos principales del capitalismo, y simultáneamente los principales autores de atentados de la rebelión contra el capitalismo. De seguro, la historia no tiene ejemplo alguno de semejante multiplicidad."
Ya el rabino Jochanan había llevado al Pasachim (113, A), esta advertencia: "Si vas a la guerra no vayas en primera fila, sino en las últimas, así podrás ser el primero en volver." Excusado decir que se refiere a las guerras que ellos promueven entre las demás naciones, aunque les acojan de buena fe. En Israel no se acepta la objeción militar.
Sobre la usura, el criterio lo tienen muy claro, apareciendo coincidente y reiterativo. En el libro Sanhedrín (fol. 16.2), se prescribe que: Está prohibido prestar sin usura a los no hebreos.
En el Sepher de Maimónides (fol. 73.4), se recalca como en un mandamiento lo siguiente:
"Dios ha ordenado practicar la usura respecto a un goim, y no prestarle dinero sino únicamente cuando nos pague intereses, de tal manera que en lugar de facilitarle ayuda, nosotros debemos crearle dificultades, aun cuando él nos es útil."
Comentando la misma máxima el rabino Schwabe -citado por Traian Romanescu-, escribe al respecto:
"Si un cristiano necesita dinero, el judío sabrá engañarlo; él añadirá interés usurero a interés usurero, hasta que la suma esté tan elevada que el cristiano no podrá pagarla sin vender sus bienes, o hasta que la suma monte a tanto que el judío pueda comenzar un proceso y obtener de los jueces el derecho a tomar posesión de sus bienes."
“Si los judíos han viajado toda la semana y han engañado a los cristianos, a derecha y a izquierda, que se reúnen el sábado y que se gloríen diciendo: Es necesario arrancar el corazón a los goim, y matar al mejor de los cristianos”. (Judenbalg 21)
“El que entrega a un goym lo que ha perdido, no encontrará la gracia cerca de Dios”. (Sanhedrin, folio 76b)
“Es permitido practicar la usura para con un goim y aún engañarle por el fraude”. (Baba Mezia, folio 61, a)
“Está permitido engañar a un goim y practicar la usura sin llamar la atención, pero si vendéis algo a vuestro prójimo (es decir, al judío) o si compráis algo suyo, no os estará permitido engañarle”. (Baba Mezia , fol. 61; v. Tosaphot, a. I y Tract. Belchoroth, fol. 13b.)
“Cuando un judío tiene en sus manos a un gentil, puede otro judío prestar dinero a ese mismo gentil y a su vez engañarle; de este modo el gentil se arruinará, puesto que (con arreglo a nuestra Ley) la propiedad de un gentil no pertenece a nadie y el primer judío que llegue tiene derecho pleno a apoderarse de ella.” (Loc. Cit. Ley 24.)
“Siempre es un acto meritorio el apoderarse de los bienes de un gentil.” (Ibid. Ley 25.)
“Cuando un judío trata con un negocio con un gentil, y otro judío se mezcla y engaña al gentil de una manera cualquiera, bien en el peso, o en el precio, los dos judíos deben repartirse las ganancias, que Yahvé les envía.” (Schulchan Aruk. Ley 27.)
El escritor judío Teodoro Reinach, pretende explicar -nunca justificar-, esta inclinación de los suyos diciendo que los judíos aprendieron las artes del comercio y de la usura, de los griegos, y que esta afición vino a Judea de la Diáspora, especialmente de Egipto. Aun concedido el beneficio de la duda, habría que preguntarle el porqué no habrán aprendido también las cosas buenas de los otros, y porque ya desde el principio adoraban al becerro de oro. Y advertirles además, que los cristianos enseñan que a los demás se les debe imitar en las virtudes, no en los pecados.
También se ocupan de la hipocresía y del juramento. Dice el rabino Bechaf: "La hipocresía está permitida, cuando el judío la necesita, y cuando tiene motivos de temer. Que él honre al no judío y le diga ´os amo´, en tales circunstancias. "
Pueden jurar en falso cuando sean obligados a hacerlo ante tribunal o autoridad: Jurar con los labios, pero en el interior del corazón invalidad el juramento.
Sobre los cristianos y Jesucristo
En el Pesachim (fol. 118, b), se pone de manifiesto el desprecio al cristiano como a ningún otro, pues se escribe que: "El Mesías recibirá los regalos de todos los pueblos y él no rechazará más que los de los cristianos."
Se ocupan mucho de los cristianos. En el Schulchan Arukh, 2.º Libro llamado Jore de Ah (Doctrina de la Sabiduría, 141.1), se consigna esta observación:
"La reproducción de una cruz ante la cual se hace reverencia, debe ser tomada como un ídolo y está prohibida."
Y en el Sepher Zerubadel: "El lugar donde se lleva a cabo el culto cristiano, se llama Casa de Vanidad y Necedad, en vez de una Casa de Oración."
Al domingo se le llama día de la calamidad, (no suelen ganar un duro); a los Santos Evangelios, Libros de Iniquidad, (le llaman raza de víboras, hijos de satanás, etc.); a las festividades cristianas, días de infortunio; a María le llaman Charia, esto es, estiércol, en vez de Miriam (nombre de María en hebreo y arameo), y también le llaman Haria (¿?), jugando con el vocablo, así como prostituta; y a Jesucristo bastardo, etc., sólo expresiones procaces; a los sacrificios cristianos: Ofrecimientos de estiércol.
El respeto al sábado siempre ha sido proverbial entre los judíos, pero la referencia talmúdica al mismo sobrepasa toda medida de fe, y por otra parte, nos permite observar una vez más como al akum se le atribuye un tercer puesto, después de los animales. Veamos:
"Si alguien está de viaje y el sabat ya ha comenzado, y tiene dinero consigo, y va con un burro y con un no judío, entonces no debe cargar con dinero al burro, sino entregarlo al no judío, pues el descanso sabático del burro también le está ordenado, pero el descanso del no judío no está ordenado."
“Yeshu “el nazareno” y sus discípulos practicaban la hechicería y la magia negra, él incitó a muchos judíos a perderse en la idolatría, y fueron favorecidos por poderes de gentiles extranjeros, con el propósito de trastornar el culto judío.” (Sanhedrín 43a).
“Yeshu aprendió brujería en Egipto y usó procedimientos que involucraban cortar su carne para realizar milagros, lo cual está prohibido explícitamente incluso en la Biblia.” (Shabbos 104b).
“Yeshu fue un inmoral sexual, adoraba estatuas de piedra (se menciona un ladrillo), fue apartado de la comunidad judía por su perversión, y se rehusó a arrepentirse.” (Sanhedrin 107b; Sotah 47a).
"Yeshu está en el Sheol (infierno) y está siendo castigado sumergiéndole en semen hirviente. Los cristianos están sumergidos en excremento hirviente." (Gittin 57 a - Nota: otras versiones de este versículo se traducen de esta manera: "Jesucristo hierve en excremento caliente.")
La madre de Jesús "era adúltera, en particular con un romano que se llamaba Pantera, con quien concibió a su pequeño bastardo Jesús" (Sanedrín 67a); "Ieshu ben Pantera tuvo diferentes acciones perversas e inmorales, por las cuales terminó expulsado de las academias sin haber avanzado mucho en sus estudios" (Sotá 47a, Avodá Zará17a)
“Yeshu "el nazareno" fue ejecutado por practicar la hechicería: "Se ha enseñado que en la víspera del Passover, Yeshu fue colgado, y cuarenta días antes de éste, la proclamación fue hecha: Yeshua fue condenado a la muerte porque él practicó la hechicería e incitó a la gente hacia la idolatría”. (Sanhedrin 43a.)
"La Virgen María fue una prostituta. Ella, quien era descendiente de príncipes y gobernadores, jugó a la ramera con los carpinteros." (Sanhedrín 106 a)
"Es la Ley matar a quien reniegue de la Torah y los cristianos pertenecen a los detractores de la Torah." (Coschen hamischpat 425, Hagah 425, 5)
Breve idea sobre el criterio de la moral preconizado por los judíos
Para dar una idea del criterio que tienen los judíos sobre la moral sexual y su afán de endosárselo a los demás, baste leer esta opinión del judío-francés León Blum, quien fuera dos veces primer Ministro de Francia, aunque por breves espacios de tiempo, entre 1936-37 y 1946-47, la que dejó escrita en su libro Du Mariage.
"Las jóvenes volverán de sus amantes tan naturales, como ahora vuelven de tomar el té con la amiga. La virginidad será destruida pronto y nunca tendrá esa singular sujeción que viene de la modestia, dignidad y una especie de temor... Nunca he discernido que tiene de repulsivo el incesto. Meramente noto que es natural y frecuente entre hermana y hermano amantes."
El afán por llevar a la humanidad hacia la miseria moral también se observa en estos otros dos conocidos judíos, Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895), como políticos, filósofos y economistas, y muy poco conocidos tanto como rabinos como por su dudosa moralidad, tanto en su vida privada y familiar como pública, quienes escribieron en colaboración, entre otros, un pequeño libro a modo de pastoral judaica titulado: La sagrada familia, en el que dejaron sentado algo abominable que sintetiza el criterio filosófico de estas eminencias grises sobre el particular, cuyo afán apenas han alcanzado hasta ahora, pero que los judíos siguen predicando con esperanzas de éxito frente a la moral cristiana:
"Hay que volver a los orígenes, que están en el matrimonio por grupos; es decir, en la comuna, donde el revoltijo extermina el concepto de paternidad. Allí nadie sabe quien es su padre. Y, socialismo, comunismo, significa eso antes que una idea del Estado. No lo olvidemos.".
Abundando en esta línea de inmoralidad preconizada por la doctrina comunista, de clara inspiración talmúdica, que en la práctica no es otra cosa más que un poderoso instrumento sionista que juntamente con la masonería utiliza preferentemente la judería para alcanzar sus fines, podríamos citar otros ejemplos. Lo que ocurre, con frecuencia, es que para separar el trigo de la paja en los escritos judaicos, hay que majar sobre ellos como antiguamente con la trilla en las eras. La revolucionaria judío-rusa Madame Kroupskaya, cuyo verdadero nombre era Nadiezda Konstantinovna, y estuvo casada con Lenin desde el año 1897, una vez enviudada en 1924 acentuó su proselitismo a través de la enseñanza, dejando escrito en su Outchit Gazeta (10-10-1929), lo siguiente:
"Aunque la socialización de las mujeres no está formalmente ratificada en la lucha soviética, debe convertirse en una realidad y penetrar en la conciencia de las masas. Consecuentemente, cualquiera que intente defender a una mujer que es (indecentemente) asaltada, muestra una naturaleza burguesa y se declara a sí mismo en favor de la propiedad privada. El oponerse a la violación es resistirse a la revolución comunista de octubre".
La misma Kroupskaya predicaba así sobre la religión sin ocultar su odio visceral, lo que constituye el denominador común a todo comunista y a la vez su credo ateísta:
" Se necesita imperativamente que el Estado fomente sistemáticamente el trabajo antirreligioso entre los niños. Debemos hacer de nuestros chicos y chicas no sean solamente no religiosos, sino activa y pasionalmente antirreligiosos. La influencia religiosa del hogar debe ser vigorosamente combatida. "
También la cripto-judía española Dolores Ibarruri, más conocida por "La Pasionaria", en el ardor de sus mítines revolucionarios exhibía sus pechos, entusiasmando todavía más a la masa proletaria, ya confundida, y le hacía creer que para progresar, no sólo tenía que desaparecer la propiedad privada sino también la posesión en exclusiva de la mujer; al propio tiempo que gritaba con énfasis la consigna talmúdica dictada para el goy, de: "hijos sí, maridos no". Lo que evidenciaba que "La Pasionaria" no sólo había leído a Kroupskaya y estaba en la veta política del comunismo, sino que además secundaba la regla de oro del comunismo, que pretenden acomodar igualmente al sexo, conforme a la cual, "cada uno ha de aportar a la comuna según sus posibilidades y recibir según sus necesidades". Esto es, en expresión vulgar, caño libre para la completa realización de los goim, sin límite, como las bestias, de forma irracional, pensando que así podrán someterlos más fácilmente y encadenarlos como esclavos, para servir al hebreo, no sólo como único amo sino también como elegido y predestinado.
Y otras consignas similares -de inspiración talmúdica-, se vinieron repitiendo hasta nuestros días.
Durante la II República española, su masónico gobierno hizo circular la de que "a las monjas, levantémosles las faldas y hagámoslas madres". Los obedientes seguidores de Sión acordaron, en un acto más bien oficioso celebrado en el Ateneo de Madrid, designar gobierno, llegando a nombrar Directora General de Prisiones a la judía Victoria Kent, comunista y masona, aun antes de tramitársele la documentación necesaria para nacionalizarse española. Y nada más constituirse el masónico gobierno, se expandió la furia iconoclasta por toda España: contra escudos, coronas, rótulos de las calles (sustituidos por nombres de masones), desmonte de estatuas y retirada de crucifijos de las escuelas. El fiscal de la República, Ángel Galarza, promueve en cadena sus famosos procesos, el primero contra el propio Rey Alfonso XIII, y dirige las más importantes depuraciones: furia persecutoria. Francisco Maciá, desde el Palacio de la Diputación de Barcelona, inicia la furia de independencia federalista con su discurso: "En nombre del pueblo catalán proclamo el Estado catalán, bajo el régimen de una República catalana, que libremente y con toda cordialidad anhela y pide a los otros pueblos hermanos de España, su colaboración para crear una confederación de pueblos ibéricos, ofreciéndoles por los medios que sean, liberarlos de la Monarquía borbónica", etc. y ... Visca Maciá! Mori Cambó! Empieza a caer una lluvia de decretos, los primeros dados a conocer a media noche. Son sepultadas viejas instituciones; más de un centenar de publicaciones son suspendidas: furia de la contracultura. Antes del mes de República comienzan a arder iglesias y conventos, extendiéndose desde Madrid al resto de España; al Cardenal Primado Dr. Pedro Segura se le comunica por escrito que: "El Gobierno no garantiza su vida en España ni por espacio de una hora", quien huye a Roma, y a su regreso es detenido, el 14 de junio, cerca de Guadalajara por una pareja de la Guardia Civil y conducido a la Comisaría, sita en los bajos del mismo Gobierno Civil, en donde le es entregado un brevísimo oficio firmado por el Gobernador José León Trejo, de urgente contenido: "Le comunico de orden del Gobierno provisional de la República española, sírvase ponerse inmediatamente en marcha hacia la frontera de Irún." Sin que el asesinato previsto llegara a consumarse por avería en el motor del coche de los dos pistoleros enviados desde Madrid con tal fin; se promocionan las fiestas políticas y profanas en detrimento de las religiosas de vieja raigambre y con tradición de siglos en España: furia antirreligiosa.
En resumen, España era objeto de toda clase de excesos de inspiración talmúdica. La convivencia era imposible ya desde los primeros momentos.
Y medio siglo después, otro gobierno igualmente marxista, hace pública la de que "hemos de gobernar como si Dios no existiese". Con similares comportamientos y alucinaciones que no hace falta citar, porque son de actualidad y están a la vista.
Al respecto, si se tiene en cuenta, como dice Linneo, que, la moral es la higiene del alma; y por otro lado, según el Schulchan Aruhk, para lavarse las manos –los judíos-basta el agua de cáscara y media de huevo, ya tenemos también aquí dos buenas medidas para enjuiciar la higiene toda del judío: la de su cuerpo y la de su alma, su soma y su psique.
El judaísmo considera al Talmud la tradición oral, mientras que la Torá (el Pentateuco) es considerada como tradición escrita.
El talmud no es, pues, un sólo libro como parecen dar a entender algunos escritores que lo citan, sino por el contrario, un extenso cuerpo de obra que abarca 63 libros en total, como acabamos de ver, distribuidos en 613 capítulos. Casi tantos como la Biblia. Y consta de dos grandes partes: la Misná, la primera parte, a que acabamos de referirnos; y la Guemará, que es una glosa a la anterior, es decir, un comentario del comentario. En realidad, estas dos partes van en cada libro; la segunda a continuación de la primera, o incluso intercalada con ella.
Redactada la Misná, ésta fue siendo objeto de estudio y enseñanza, particularmente entre los siglos II y V, por las dos escuelas o academias rabínicas más importantes de aquel entonces, la palestina o de Jerusalén y la babilónica [xvii]. Ese fue el motivo por el que, sucesivamente, fue recibiendo más añadidos y ulteriores comentarios, que, reunidos, vinieron a constituir la segunda parte o Guemará.
Cada escuela siguió sus propios métodos, y así, dieron nacimiento a un Guemará doble, que, posteriormente, tras distintas interpretaciones y polémicas, concluyó con dos redacciones distintas. La versión del Guemará de Jerusalén, se debe principalmente al rabino Jochanan, quien presidió la sinagoga de Jerusalén durante ocho años y concluyó sus trabajos en el año 230 d.C. La versión babilónica, sin embargo, se fue compilando por distintos rabinos y épocas. El rabino Aschi trabajó en la tarea de su redacción durante sesenta años -se dice-, desde el 327. La siguió posteriormente el rabino Maremar, desde el año 427, y la completó el rabino Ravina alrededor del año 500. Se acepta generalmente, que la versión de Jerusalén, por su brevedad y vaguedad, es más rehusada por los judíos, en cambio la babilónica, fue tenida siempre en más estima por los judíos de todas las épocas.
La Guemará, por consiguiente, no es más que una suma de comentarios sobre la Misná. Si bien, algunos preceptos de la Misná no fueron examinados, ya que su explicación se dejó para la venida de Elías y del Mesías. Pero, por lo de pronto, la Guemará, no solamente entró a formar parte del Talmud, sino que llegó a más, llegó a alcanzar una más alta consideración que la Misná y la propia Torá o Ley mosaica.
Es el Talmud el que viene a avalar esta última afirmación. En el tratado Sopherim (25, 7, fol. 13 b), se sienta esta curiosidad: "La Sagrada Escritura se asemeja al agua, la Misná al vino, y la Guemará al vino aromático".
Ya en dos libros anteriores del Nezikin -IV parte o código-, se hace una valoración sobre este particular. En el libro Baba Metsia (fol. 33 a) se dice al respecto: "Aquellos que se dedican a leer la Biblia ejercitan una determinada virtud, pero no mucha; aquellos que estudian la Misná ejercitan una virtud por la que serán premiados; pero, no obstante, aquellos que se dedican a estudiar la Guemará ejercitan la más grande de las virtudes".
Y en el tratado Sanhedrín (10, 3, fol. 88 b), se rebaja igualmente a un segundo plano el valor de la Ley o Torá, es decir, el Pentatéuco, la misma Biblia, al establecer que:
"Aquel que quebranta las palabras de los escribas peca más gravemente que aquellos transgresores de las palabras de la Ley". Asimismo, esto aparece sentado en el libro Erubhin (2º libro del II código o Moed): "Hijo mío, presta atención a las palabras de los escribas antes que a las palabras de la Ley"
De donde se deduce claramente, por consiguiente, que lo inspirado tiene más fuerza que la fuente inspiradora. Las palabras de los rabinos valen mucho más que las Escrituras Sagradas. Y de aquí se desprende que, si los rabinos preconizan el crimen -además de otras cualesquiera barbaridades-, en sus aberrantes interpretaciones del Pentatéuco, no cabe duda de que sus enseñanzas son las que valen y se imponen para todos los judíos. Resulta deplorable aquel alegato de los defensores de Israel, de que sus leyes se inspiran en la ley mosaica, porque lo que realmente hacen es tergiversar y sobar sobre aquella ley según mejor les convenga; como los buenos curtidores de pieles antes de rematar el curtido. Y desde luego el Talmud prescribe el delito como cosa normal frente a los goim (los no judíos).
Hay que hacer la salvedad de que a los 63 libros del Talmud, a que ya hemos hecho referencia, se le han agregado cuatro breves tratados más, por posteriores escritores, pero que no han sido incluidos en el Talmud corriente. Destacando Pranaitis, que casi todas las ediciones del Talmud tienen la misma cantidad de folios y la misma disposición del texto; solamente varía el tipo de imprenta o formato, según sea modelo grande o pequeño.
Como de todas formas, esta obra fue haciéndose voluminosa y desordenada, los judíos sintieron la necesidad de algo más sencillo y manejable, lo que fue originando una nueva tendencia, no de compilación sino de recopilación o breve compendio, que empezó a dar sus frutos a partir del siglo XI. El primero que llegó a publicar un Talmud breve, fue el rabino Isaac ben Jacob Alphassi, aunque no llegó a tener éxito.
Actualidad y ocultación del Talmud
La existencia del Talmud ya no puede ser negada por nadie. Ya hemos dicho que lo escrito, escrito está. Pero se pretende poner en tela de juicio su permanente vigencia, su actualidad, aunque parezca en principio ser un intento fútil. Pues son ellos mismos los que nos muestran con frecuencia todo lo contrario.
Sobre este particular podemos traer aquí como prueba, una sentencia no muy lejana, divulgada en España por la agencia Efe, con fecha 20.12.1979, diciendo que:
"El Tribunal rabínico de Haifa (Israel), ha condenado hoy a un marido a tener relaciones sexuales con su mujer.-La víctima es un profesor de enseñanza media de 32 años, cuya esposa se querelló porque desde hace ocho meses no mantenía relaciones sexuales con ella". Y añade que, "la decisión de los jueces rabínicos se ha basado en el Talmud (sic), que prescribe que los esposos han de tener relaciones sexuales continuadas, salvo el caso de fuerza mayor. La multa ha de ser pagada según lo fijado por el Talmud".
En lo que yerra la nota de prensa, es en señalar que el Talmud fue redactado en el año 600 antes de Jesucristo.
Aunque sea de pasada, hagamos la observación de que la moral sexual israelita, en este punto, no anda muy lejos de la de sus hermanos en Abraham, los musulmanes; ambas muy distantes de la cristiana. A propósito de esta sentencia, creemos que los jueces, necesariamente tuvieron que tener a la vista, aparte otras consideraciones, el Libro IV del Schulchan Arukh, dedicado al Derecho matrimonial, a la mujer, sus enfermedades, dote, etc., en estos parágrafos numerados que vamos a ver, los que muestran su estancamiento en una moral primitiva, verdaderamente arcaica y discriminatoria para la mujer -todavía se justifica la poligamia, el aborto, y la consideración de mujer objeto-, y transcribimos seguidamente ya sin más comentarios, dejándolo al criterio ajeno:
"1. A todo israelita le está permitido tener tantas mujeres simultáneamente como pueda alimentar. Pero los sabios han recomendado mantener sólo cuatro mujeres, para que por lo menos recaiga una vez sobre cada mujer un ayuntamiento carnal. Para la mujer el mandamiento de la procreación no tiene fuerza obligatoria".
"6. Un kohen (sacerdote judío) no debe casarse con una divorciada, ramera o debilitada. ¿Quién es una ramera? Cualquier mujer no judía, o también una judía que ha tenido relación con alguien a quien no le estaba permitido casarse con ella".
"44, 8. Cuando un israelita se casa con una akum (no judía) o una esclava, entonces el casamiento es nulo, porque no son capaces de ser tomados en casamiento, e igualmente cuando un akum o esclavo se ha casado con una israelita".
(En el parágrafo 27, anterior, se dice que "sólo es prostitución, aun en el caso de previa conversión de la otra parte a la religión israelita").
"62. Puede uno casarse en un mismo día con tantas mujeres como quiera, y es suficiente que se diga las usuales siete bendiciones Sólo una vez sobre todas las mujeres. Pero hay que gozar con cada mujer en particular, es decir, con una doncella durante siete, y con una cohabitada tres días".
"76. Aquellos que no tienen ocupaciones de ninguna índole deben practicar el ayuntamiento carnal cada noche; los obreros de la ciudad dos veces en la semana; los que trabajan fuera de la ciudad una vez, los conductores de camellos una vez al mes, los muleros una vez en la semana, los marineros una vez en seis meses, los eruditos sólo el sabat. Al que es débil se le debe examinar para ver cuanto puede rendir. El ayuntamiento carnal debe ser practicado el día en que la mujer se ha bañado. Cuando tiene varias mujeres, no todas necesitan vivir en la misma casa".
Por otra parte, no quieren dar a conocer estos libros, más bien tratan de ocultarlos tomando prevenciones amparadas en lo consignado en los mismos sobre este particular, quizá para hacerle un cumplido a aquella observación de Tácito de que "todo lo desconocido se supone maravilloso".
Este afán de ocultar es viejo porque ha echado raíces en los viejos libros talmúdicos y en las sentencias rabínicas. En el Sanhedrín se plasma lo siguiente: "Un gentil que estudie el Talmud y un hebreo que lo ayude en tal estudio, deben ser condenados a muerte".
En el libro Dibbre -David, se hace esta otra advertencia: "Comunicar a un no judío algo de nuestros libros religiosos, sería lo mismo que matar a todos los judíos, pues si los no judíos supiesen lo que enseñamos en contra de ellos, ¿no nos matarían a todos nosotros?"
Y añade esta recomendación: "El judío está obligado, cuando se le pregunta sobre la interpretación de cualquier frase de la literatura de los rabinos, a interpretarla falsamente, a fin de evitar que contribuya con una explicación verídica de las frases, al enriquecimiento de los conocimientos de otros en la interpretación de las escrituras rabínicas, porque lo contrario deberá ser castigado con la muerte según dice el Talmud".
La obligatoriedad del Talmud
Conociendo de todas formas, cierto rechazo de muchos judíos hacia su libro sagrado, y no obstante, el ensogamiento existente entre ellos y de todos a la autoridad rabínica, cabe preguntar:
¿Cómo se mantiene entonces la obligatoriedad del Talmud? A lo que hay que contestar rotundamente: por imposición.
¿Y, de quién? Pues, del rabino y del Kahal (Consejos Supremos, Regionales y Locales).
Ha de tenerse presente que el Talmud, como ya hemos dicho, no solamente trata de religión, sus preceptos abarcan muchas más materias de carácter social y político. Los rabinos, antes de recibir su título profesional, tienen que estudiar y pasar exámenes rigurosos, todos, de Biblia, Talmud y Cábala. Y donde haya judíos hay organizado un kahal. Y todo judío -sin excepción- está sometido a una férrea disciplina y obediencia ciega a sus jefes, y los jefes al Gran Rabinato, bajo amenaza de distintos castigos, incluida la pena de muerte, generalmente por el veneno, como refiere Jean Boyer.
Son los mismos rabinos los que confirman el dato de que el control de cada individuo judío es muy minucioso en todas las actividades de su vida pública y privada.
Desde los trece años queda sujeto al judaísmo, ha de obedecer, prestar juramentos, infiltrarse en el partido o institución que se le ordena, pagar impuestos privados al kahal, y no luchar ni pleitear contra otro judío sin permiso de sus autoridades israelitas. Así es como ha venido sosteniéndose el judaísmo y logrado ser la secta racista mejor financiada del mundo, aparte el fanatismo innato de todo judío.
¿Qué ocurre si un israelita se queja o no se somete? Sencillamente, no es escuchado, o puede ser excomulgado, o, en caso extremo, condenado a muerte. Vamos a traer aquí solamente dos muestras, de dos casos divulgados en la prensa y recogidos por distintos autores, que nos ponen claramente de manifiesto como funcionan el kahal y como actúa o responde el Gran Rabinato, en caso de insumisión. Estas son las dos muestras: Una queja de dos judíos hecha pública a medio de carta y la excomunión del político norteamericano Henry Kissinger.
Queja de dos judíos al Gran Rabino
La carta de los dos judíos apareció en un diario de Esmirna (Turquía), l´Echo de l´Orient, de fecha 18 de abril de 1840, dirigida al Gran Rabino. Contiene una grave denuncia y es indudable que -como todas estas protestas-, conlleva cierto peligro. Estos son esencialmente sus términos:
"Si la religión judía está enteramente basada en la Biblia, como lo hace creer el Sr. Gran Rabino, le rogamos nos indique el texto que sirve de apoyo a las prácticas siguientes:
"1.º ¿Dónde se encuentra que el uso de la carne está prohibido cuando el buey, la cabra o el cordero no fueron degollados por la mano de un rabino?
"2.º ¿Que el vino está prohibido siempre que hubiese sido elaborado o tocado por una persona que no profesara la religión israelita?
"3.º ¿En dónde está el texto de la Ley, que en los días de sabat prohíbe a los israelitas caminar si es portador de una llave, de un alfiler, de un reloj o de cualquier otro objeto que no le sea absolutamente necesario?
"4.º ¿Qué se diga en que parte del testamento se lee que los que emplean su tiempo en la lectura del Talmud, aunque sean ricos negociantes, serán eximidos de los impuestos debidos a la comunidad israelita y al Gobierno mismo, y que los pobres deberán pagar por ellos?
"¿Quieren saber qué nos sucede, a los pobres israelitas, si rechazamos el sometemos a las caprichosas exigencias de los rabinos?
"Si tenemos algo de dinero, nos lo sacan por la fuerza; si no tenemos, se nos excomulga, o si no, nos libran a las autoridades para ser castigados como malhechores.
"¿Tratamos de defendemos ante nuestros jueces? Cientos de falsos testigos declaran contra nosotros, ya que la ley rabínica tolera el uso del fraude y del artificio, la persecución, y hasta la muerte de todo humano que se oponga a la práctica de lo que los autores de esta Ley, llaman nuestra religión."
Como podemos ver, la averiguación de la respuesta a la insumisión ya nos la facilitan ellos mismos, no exige mucho esfuerzo mental, ni hay porqué añadir nada más porque sería como dar lanzadas a moro muerto.
La excomunión de Henry Kissinger
Veamos ahora el caso de Henry Alfred Kissinger, cuyo verdadero nombre es Abraham ben Elazar. Los judíos suelen cambiar de nombre con tanta o más facilidad que de ropa interior, sobre todo al cambiar de nacionalidad. Se trata de un judío nacido en Alemania el 27 de mayo de 1923, en la localidad de Fürth (Baviera), en donde convivió con sus padres hasta 1938 en que emigraron a Estados Unidos. Su padre mientras vivió en Fürth ejerció como rabino y se dedicó además a la enseñanza. A los 15 años, pues, Kissinger emigra, cursa estudios en la Universidad de Harvard, en donde después pasaría a ser profesor de la misma. En 1943 ingresa en el ejército estadounidense, y como intérprete es embarcado con la 84 División de Infantería para la ocupación de Europa, pasando poco después al servicio de espionaje; seguidamente a la Escuela del Servicio Secreto del Comando Europeo, en la que también pasa a ser profesor, y al propio tiempo se convierte en un agente del espionaje soviético, sirviendo más fielmente al comunismo que al imperialismo yanqui. Kissinger, mantuvo no solamente relaciones sino amistad íntima con Guillaume, el espía rojo cuya también íntima relación con Willy Brandt, obligó a éste a abandonar transitoriamente la escena política; fue el impulsor de la política pro-comunista de Alemania Federal así como el responsable de la entrega de Vietnam al bolchevismo.
Participa ampliamente en la política y vida económica de EE.UU., siendo consejero ininterrumpidamente de Kennedy, Johnson (demócratas), Nixon y Ford (republicanos), así como miembro activo de los Bilderberg y de la Trilateral; hasta que comienza a tomar iniciativas propias, y por desobediencia o pretender independizarse del Gran Rabinato, aun con más poder que el suyo propio, fue excomulgado, o expulsado de la comunidad judía, no importa ahora que ésta sea o no considerada exclusivamente religiosa; como ya anteriormente lo había sido Baruch Spinoza, Maimónides, y otros sabios del judaísmo. Los judíos están sometidos entre ellos a una férrea disciplina, y han de ser todos muy obedientes y solidarios, sin desmandarse. Incluidos los rabinos, porque éstos podrán rebelarse aunque sea contra el mismo Yavé, pero contra el Gran Rabinato, eso jamás.
No ha importado que anteriormente Kissinger hubiese consagrado toda su vida y obra, inteligencia y trabajo, al servicio del sionismo y particularmente del comunismo. Y que hubiese alcanzado el Premio Nobel de la Paz -con tan buenas recomendaciones-, en 1973, juntamente con el vietnamita Le Duc Tho, quien lo declinó por no compartirlo precisamente con Kissinger. La excomunión, por otra parte, demuestra que su posible aplicación a cualquier otro judío errante, sigue en vigor. El Talmud está en pie.
El anuncio de la excomunión se hizo en el periódico judío Jewish Press, de Nueva York, de 18 de junio de 1976, página 18; y posteriormente en el magazine mexicano Jet Set, no. 17, año 2, de abril de 1977, páginas 22 y 23, de México. El acto tuvo lugar en un salón del hotel Hilton de Nueva York. Kissinger quedó así condenado al ostracismo político, profesional y económico, hasta que vuelva a ser rehabilitado. Reproducimos extracto de estos documentos que resultan ser incontrovertibles.
En resumen, dos aportaciones que consideramos suficientes para formar criterio, en esta audiencia pública, de que las leyes talmúdicas siguen estando de actualidad.
Declaraciones vertidas por el propio Talmud
De lo que piensan los judíos sobre si mismos: pueblo escogido; de lo que piensan sobre los demás pueblos: idólatras destinados a servir y honrar a Israel; de la consideración sobre los demás humanos: bestias, basura, prostitutas; sobre sus mayores aspiraciones: alcanzar el dominio mundial, por cualquier clase de medios; sobre el concepto de bienes y propiedades ajenas a los judíos: bienes mostrencos, todos los del mundo le pertenecen al judío; así como sobre los crímenes sanguinarios: sacrificios necesarios para agradar a Dios; e incluso sobre otros aspectos importantes del pensamiento judío, da razón sobrada el Talmud, en donde se revelan claramente y hasta de forma reiterativa, y repiten como un eco todos cuantos rabinos vinieron escribiendo, siglo tras siglo, sobre judaísmo. La cuestión no es baladí ni pasajera.
Mas no se puede hacer ahora una reseña apresurada de citas talmúdicas sobre todas estas cuestiones, ya que resultaría desmesurada y no es este nuestro propósito.
Baste para la acusación, como para formar recto criterio el lector ante esta tribuna pública, traer aquí solamente aquellas que aluden a aspectos generales y particularmente al asesinato del goy (el no judío).
Lo que ya tienen escrito no puede ser negado, quizá tergiversado, pero las intenciones quedan al descubierto, y los hechos demuestran su concordancia, corroborando sus instintos.
Sólo hemos de hacer la advertencia previa de que las alusiones al no judío, esto es, al idólatra, al pagano, al gentil, al akum, al goy, después de la venida de Jesucristo se dirigen preferentemente al nazareno, al cristiano, también al musulmán, y muy especialmente al católico.
Aparte el precepto ya transcrito al principio de estas consideraciones sobre el Talmud, de que sólo el judío es humano, a los demás puede mentirles, trampearlos y robarlos, puede violarlos y asesinarlos; nos encontramos con otras prescripciones de igual tono y similar criterio, que están en contra de toda sana conciencia, repugnan aun al más débil, desafían al más fuerte y, nos afligen a todos. Y que trataremos de recoger seguidamente, en lo que consideramos más trascendente.
Sobre el trato a los gentiles y la supremacía judía sobre la Tierra
“Allí donde lleguen los judíos deberán convertirse en patrones, y hasta que no logremos el dominio absoluto, debemos considerarnos como exiliados y prisioneros; hasta que no nos hayamos apoderado de todo, no debemos cesar de gritar: ¡ay, que tormento!, ¡ay que humillación!”. (Sanhedrin fol. 104, c. 1).
“Si un judío es tentado a hacer el mal, el debe ir a una ciudad donde no sea conocido y hacer el mal ahí”. (Moed Kattan 17a)
“Cualquiera que desobedezca a los rabinos, merece la muerte y será castigado en el infierno sumergiéndolo en excremento hirviente.” (Erubin 21b.)
“Golpear a un judío, es como golpear la cara de Dios”. (Sanhedrin 58 b).
“Dios se muestra en la tierra en las semblanzas del judío: Judío, Judas, Judá, Jevah o Jehová, son el mismo y único ser. El hebreo es el Dios viviente, el Dios encarna¬do; es el hombre celeste, el Adam Kadmon. Los otros hombres son terrestres, de raza inferior. Sólo existen para servir al hebreo; son pequeñas bestias”. (Qabbalah ad Pentateucum, fol. 97, 3)
“YHVH creó al no Judío en forma humana para que el Judío no sea servido por bestias. Por lo tanto, el no Judío es un animal en forma humana, condenado a servir al Judío de día y de noche.” (Midrasch Talpioth, 255d, Warsaw 1855)
“Así como los hombres son superiores a los animales, los judíos son superiores a todos los pueblos de la tierra”. (Sepher Zeror a Mar, folio 107, b.)
“Solamente los judíos deben ser llamados hombres, pero los goim, que vienen del espíritu impuro, no tienen derecho más que al nombre de puercos”. (Jalkut Reubeni, folio 10, b.)
"El no judío es basura; es excremento." (Schulkhan Arukh, con las palabras del Rabí Josef Caro)
“Todos los niños gentiles son animales." (Yebamoth 98, a)
"Los pueblos de gentiles constituyen el prepucio del género humano que debe ser cortado." (Libro de Zohar, s.n. con.)
"¿Qué cosa es una prostituta? Toda mujer no judía" (Eben ha Ezer, 6, 8)
“Es natural que los judíos no estén obligados a matar a un goim con el cual viven en paz, pero nunca les será permitido el salvarle.” (Schulchan Aruk. Ley 50.)
“Los casamientos que se hacen entre gentiles no tienen ninguna fuerza legal, es decir, que la cohabitación es exactamente como el apareamiento de animales: por consecuencia, a sus hijos no se les considerará ningún vínculo de parentesco, ni con el padre, ni con la madre.” (Schulchan Aruk. Ley 88.)
En el libro Qabbalah ad Pentateucum, (fol. 97, 3), los judíos se glorifican de esta manera a si mismos:
"Dios se muestra en la tierra en las semblanzas del judío: Judío, Judas, Judá, Jevah o Jehová, son el mismo y único ser. El hebreo es el Dios viviente, el Dios encarnado; es el hombre celeste, el Adán Kadmón. Los otros hombres son terrestres, de raza inferior. Sólo existen para servir al hebreo; son pequeñas bestias."
Y visto ya esto, resultará de fácil comprensión para esta breve audiencia, la sospecha de que los judíos se nos presentan a todos los demás hermanos en Cristo, como un hormiguero de pequeños mesías. Al verdadero todavía le esperan como a un rey, que pondrá a todos los demás seres y riquezas a los pies del hormiguero, para su mayor servicio y gloria.
En el mismo Talmud, III Parte o Naschim, (en el libro Kethubot, fol. 111 b), se puede leer lo siguiente:
"El Mesías (aún esperado por los hebreos) dará a los judíos el gobierno real del mundo; todos los pueblos les servirán y todos los reinos les serán sometidos."
"Pero esa época será precedida por una gran guerra en la que las dos terceras partes de los pueblos perecerán. Los judíos necesitarán siete años para quemar las armas conquistadas." (En el Abramanel, Masmia Jeshua, fol. 49 a).
Y nada menos que llegan a establecer un parangón entre la sabiduría rabínica y la del mismo Dios. Algo insólito. En la II Parte de la Misná, o sea, en el Moed, en su último libro o tratado llamado Chaniga, se puede leer asimismo:
"Dios, el Señor, pide a menudo su opinión a los rabinos en la tierra, cuando en el cielo se presenta una cuestión difícil en cuanto a la Ley". Opinión esta defendida, además, por el rabino Menachen al que le siguen otros.
Y se puede subrayar esta otra:
"Jehová mismo, en el cielo, estudia el Talmud de pie. Tal es el respeto que tiene por este libro." (Trat. Mechilla).
Sobre los bienes de los gentiles
Sobre los bienes de los no judíos hay varias prescripciones talmúdicas, pero baste citar algunas para formar idea clara de la falta de la más mínima consideración:
“Dios ha dado a los judíos poder sobre la fortuna y sobre la vida de todos los pueblos”. (Sepher Haikarim III, 25; Jalkut Simeoni, folio 83, col. 3)
“El judío puede apoderarse de las propiedades de los no judíos”. (Baba Mezia, folio 61, a.)
"Las propiedades de los goim son y tienen la reputación de un desierto o de las arenas del mar, quien las ocupare primero (entre los judíos), será su legítimo poseedor. "
"Los bienes de un no judío son como un bien mostrenco, y el que viene primero, éste toma posesión de ellos." (Choschen Hammischpat, 156.5).
Comentando estos preceptos el rabino Isidoro Loeb, escribía en 1892, en su obra "La literatura de los pobres de la Biblia":
"Toda la fortuna de las naciones pasará al pueblo judío; el fruto de los graneros de Egipto, los ahorros de Etiopía, serán de él; marcharán detrás del pueblo judío, encadenados, como cautivos, y se prosternarán a sus plantas. "
Otro precepto que viene a incidir en lo mismo, se encuentra en el libro Sepher Ikarim, en donde también se encuentran los principales ataques contra la fe cristiana:
"Dios ha dado a los judíos poder sobre la fortuna y la vida de todos los pueblos."
El escritor judío Marcus Eli Ravage, nacido en Rumania en 1884 y emigrado desde joven a Estados Unidos, en donde estudió, con estancias en París, escribió en The Century Magazine de enero de 1928, vol. 115, lo siguiente, contradictorio en sí mismo:
"En tiempos de guerra nos sustraemos a nuestro deber por la Patria, porque por naturaleza y tradición somos pacíficos. Somos los archi-instigadores de guerras mundiales y los principales beneficiarios de tales guerras."
"Somos en una misma persona los fundadores y adeptos principales del capitalismo, y simultáneamente los principales autores de atentados de la rebelión contra el capitalismo. De seguro, la historia no tiene ejemplo alguno de semejante multiplicidad."
Ya el rabino Jochanan había llevado al Pasachim (113, A), esta advertencia: "Si vas a la guerra no vayas en primera fila, sino en las últimas, así podrás ser el primero en volver." Excusado decir que se refiere a las guerras que ellos promueven entre las demás naciones, aunque les acojan de buena fe. En Israel no se acepta la objeción militar.
Sobre la usura, el criterio lo tienen muy claro, apareciendo coincidente y reiterativo. En el libro Sanhedrín (fol. 16.2), se prescribe que: Está prohibido prestar sin usura a los no hebreos.
En el Sepher de Maimónides (fol. 73.4), se recalca como en un mandamiento lo siguiente:
"Dios ha ordenado practicar la usura respecto a un goim, y no prestarle dinero sino únicamente cuando nos pague intereses, de tal manera que en lugar de facilitarle ayuda, nosotros debemos crearle dificultades, aun cuando él nos es útil."
Comentando la misma máxima el rabino Schwabe -citado por Traian Romanescu-, escribe al respecto:
"Si un cristiano necesita dinero, el judío sabrá engañarlo; él añadirá interés usurero a interés usurero, hasta que la suma esté tan elevada que el cristiano no podrá pagarla sin vender sus bienes, o hasta que la suma monte a tanto que el judío pueda comenzar un proceso y obtener de los jueces el derecho a tomar posesión de sus bienes."
“Si los judíos han viajado toda la semana y han engañado a los cristianos, a derecha y a izquierda, que se reúnen el sábado y que se gloríen diciendo: Es necesario arrancar el corazón a los goim, y matar al mejor de los cristianos”. (Judenbalg 21)
“El que entrega a un goym lo que ha perdido, no encontrará la gracia cerca de Dios”. (Sanhedrin, folio 76b)
“Es permitido practicar la usura para con un goim y aún engañarle por el fraude”. (Baba Mezia, folio 61, a)
“Está permitido engañar a un goim y practicar la usura sin llamar la atención, pero si vendéis algo a vuestro prójimo (es decir, al judío) o si compráis algo suyo, no os estará permitido engañarle”. (Baba Mezia , fol. 61; v. Tosaphot, a. I y Tract. Belchoroth, fol. 13b.)
“Cuando un judío tiene en sus manos a un gentil, puede otro judío prestar dinero a ese mismo gentil y a su vez engañarle; de este modo el gentil se arruinará, puesto que (con arreglo a nuestra Ley) la propiedad de un gentil no pertenece a nadie y el primer judío que llegue tiene derecho pleno a apoderarse de ella.” (Loc. Cit. Ley 24.)
“Siempre es un acto meritorio el apoderarse de los bienes de un gentil.” (Ibid. Ley 25.)
“Cuando un judío trata con un negocio con un gentil, y otro judío se mezcla y engaña al gentil de una manera cualquiera, bien en el peso, o en el precio, los dos judíos deben repartirse las ganancias, que Yahvé les envía.” (Schulchan Aruk. Ley 27.)
El escritor judío Teodoro Reinach, pretende explicar -nunca justificar-, esta inclinación de los suyos diciendo que los judíos aprendieron las artes del comercio y de la usura, de los griegos, y que esta afición vino a Judea de la Diáspora, especialmente de Egipto. Aun concedido el beneficio de la duda, habría que preguntarle el porqué no habrán aprendido también las cosas buenas de los otros, y porque ya desde el principio adoraban al becerro de oro. Y advertirles además, que los cristianos enseñan que a los demás se les debe imitar en las virtudes, no en los pecados.
También se ocupan de la hipocresía y del juramento. Dice el rabino Bechaf: "La hipocresía está permitida, cuando el judío la necesita, y cuando tiene motivos de temer. Que él honre al no judío y le diga ´os amo´, en tales circunstancias. "
Pueden jurar en falso cuando sean obligados a hacerlo ante tribunal o autoridad: Jurar con los labios, pero en el interior del corazón invalidad el juramento.
Sobre los cristianos y Jesucristo
En el Pesachim (fol. 118, b), se pone de manifiesto el desprecio al cristiano como a ningún otro, pues se escribe que: "El Mesías recibirá los regalos de todos los pueblos y él no rechazará más que los de los cristianos."
Se ocupan mucho de los cristianos. En el Schulchan Arukh, 2.º Libro llamado Jore de Ah (Doctrina de la Sabiduría, 141.1), se consigna esta observación:
"La reproducción de una cruz ante la cual se hace reverencia, debe ser tomada como un ídolo y está prohibida."
Y en el Sepher Zerubadel: "El lugar donde se lleva a cabo el culto cristiano, se llama Casa de Vanidad y Necedad, en vez de una Casa de Oración."
Al domingo se le llama día de la calamidad, (no suelen ganar un duro); a los Santos Evangelios, Libros de Iniquidad, (le llaman raza de víboras, hijos de satanás, etc.); a las festividades cristianas, días de infortunio; a María le llaman Charia, esto es, estiércol, en vez de Miriam (nombre de María en hebreo y arameo), y también le llaman Haria (¿?), jugando con el vocablo, así como prostituta; y a Jesucristo bastardo, etc., sólo expresiones procaces; a los sacrificios cristianos: Ofrecimientos de estiércol.
El respeto al sábado siempre ha sido proverbial entre los judíos, pero la referencia talmúdica al mismo sobrepasa toda medida de fe, y por otra parte, nos permite observar una vez más como al akum se le atribuye un tercer puesto, después de los animales. Veamos:
"Si alguien está de viaje y el sabat ya ha comenzado, y tiene dinero consigo, y va con un burro y con un no judío, entonces no debe cargar con dinero al burro, sino entregarlo al no judío, pues el descanso sabático del burro también le está ordenado, pero el descanso del no judío no está ordenado."
“Yeshu “el nazareno” y sus discípulos practicaban la hechicería y la magia negra, él incitó a muchos judíos a perderse en la idolatría, y fueron favorecidos por poderes de gentiles extranjeros, con el propósito de trastornar el culto judío.” (Sanhedrín 43a).
“Yeshu aprendió brujería en Egipto y usó procedimientos que involucraban cortar su carne para realizar milagros, lo cual está prohibido explícitamente incluso en la Biblia.” (Shabbos 104b).
“Yeshu fue un inmoral sexual, adoraba estatuas de piedra (se menciona un ladrillo), fue apartado de la comunidad judía por su perversión, y se rehusó a arrepentirse.” (Sanhedrin 107b; Sotah 47a).
"Yeshu está en el Sheol (infierno) y está siendo castigado sumergiéndole en semen hirviente. Los cristianos están sumergidos en excremento hirviente." (Gittin 57 a - Nota: otras versiones de este versículo se traducen de esta manera: "Jesucristo hierve en excremento caliente.")
La madre de Jesús "era adúltera, en particular con un romano que se llamaba Pantera, con quien concibió a su pequeño bastardo Jesús" (Sanedrín 67a); "Ieshu ben Pantera tuvo diferentes acciones perversas e inmorales, por las cuales terminó expulsado de las academias sin haber avanzado mucho en sus estudios" (Sotá 47a, Avodá Zará17a)
“Yeshu "el nazareno" fue ejecutado por practicar la hechicería: "Se ha enseñado que en la víspera del Passover, Yeshu fue colgado, y cuarenta días antes de éste, la proclamación fue hecha: Yeshua fue condenado a la muerte porque él practicó la hechicería e incitó a la gente hacia la idolatría”. (Sanhedrin 43a.)
"La Virgen María fue una prostituta. Ella, quien era descendiente de príncipes y gobernadores, jugó a la ramera con los carpinteros." (Sanhedrín 106 a)
"Es la Ley matar a quien reniegue de la Torah y los cristianos pertenecen a los detractores de la Torah." (Coschen hamischpat 425, Hagah 425, 5)
Breve idea sobre el criterio de la moral preconizado por los judíos
Para dar una idea del criterio que tienen los judíos sobre la moral sexual y su afán de endosárselo a los demás, baste leer esta opinión del judío-francés León Blum, quien fuera dos veces primer Ministro de Francia, aunque por breves espacios de tiempo, entre 1936-37 y 1946-47, la que dejó escrita en su libro Du Mariage.
"Las jóvenes volverán de sus amantes tan naturales, como ahora vuelven de tomar el té con la amiga. La virginidad será destruida pronto y nunca tendrá esa singular sujeción que viene de la modestia, dignidad y una especie de temor... Nunca he discernido que tiene de repulsivo el incesto. Meramente noto que es natural y frecuente entre hermana y hermano amantes."
El afán por llevar a la humanidad hacia la miseria moral también se observa en estos otros dos conocidos judíos, Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895), como políticos, filósofos y economistas, y muy poco conocidos tanto como rabinos como por su dudosa moralidad, tanto en su vida privada y familiar como pública, quienes escribieron en colaboración, entre otros, un pequeño libro a modo de pastoral judaica titulado: La sagrada familia, en el que dejaron sentado algo abominable que sintetiza el criterio filosófico de estas eminencias grises sobre el particular, cuyo afán apenas han alcanzado hasta ahora, pero que los judíos siguen predicando con esperanzas de éxito frente a la moral cristiana:
"Hay que volver a los orígenes, que están en el matrimonio por grupos; es decir, en la comuna, donde el revoltijo extermina el concepto de paternidad. Allí nadie sabe quien es su padre. Y, socialismo, comunismo, significa eso antes que una idea del Estado. No lo olvidemos.".
Abundando en esta línea de inmoralidad preconizada por la doctrina comunista, de clara inspiración talmúdica, que en la práctica no es otra cosa más que un poderoso instrumento sionista que juntamente con la masonería utiliza preferentemente la judería para alcanzar sus fines, podríamos citar otros ejemplos. Lo que ocurre, con frecuencia, es que para separar el trigo de la paja en los escritos judaicos, hay que majar sobre ellos como antiguamente con la trilla en las eras. La revolucionaria judío-rusa Madame Kroupskaya, cuyo verdadero nombre era Nadiezda Konstantinovna, y estuvo casada con Lenin desde el año 1897, una vez enviudada en 1924 acentuó su proselitismo a través de la enseñanza, dejando escrito en su Outchit Gazeta (10-10-1929), lo siguiente:
"Aunque la socialización de las mujeres no está formalmente ratificada en la lucha soviética, debe convertirse en una realidad y penetrar en la conciencia de las masas. Consecuentemente, cualquiera que intente defender a una mujer que es (indecentemente) asaltada, muestra una naturaleza burguesa y se declara a sí mismo en favor de la propiedad privada. El oponerse a la violación es resistirse a la revolución comunista de octubre".
La misma Kroupskaya predicaba así sobre la religión sin ocultar su odio visceral, lo que constituye el denominador común a todo comunista y a la vez su credo ateísta:
" Se necesita imperativamente que el Estado fomente sistemáticamente el trabajo antirreligioso entre los niños. Debemos hacer de nuestros chicos y chicas no sean solamente no religiosos, sino activa y pasionalmente antirreligiosos. La influencia religiosa del hogar debe ser vigorosamente combatida. "
También la cripto-judía española Dolores Ibarruri, más conocida por "La Pasionaria", en el ardor de sus mítines revolucionarios exhibía sus pechos, entusiasmando todavía más a la masa proletaria, ya confundida, y le hacía creer que para progresar, no sólo tenía que desaparecer la propiedad privada sino también la posesión en exclusiva de la mujer; al propio tiempo que gritaba con énfasis la consigna talmúdica dictada para el goy, de: "hijos sí, maridos no". Lo que evidenciaba que "La Pasionaria" no sólo había leído a Kroupskaya y estaba en la veta política del comunismo, sino que además secundaba la regla de oro del comunismo, que pretenden acomodar igualmente al sexo, conforme a la cual, "cada uno ha de aportar a la comuna según sus posibilidades y recibir según sus necesidades". Esto es, en expresión vulgar, caño libre para la completa realización de los goim, sin límite, como las bestias, de forma irracional, pensando que así podrán someterlos más fácilmente y encadenarlos como esclavos, para servir al hebreo, no sólo como único amo sino también como elegido y predestinado.
Y otras consignas similares -de inspiración talmúdica-, se vinieron repitiendo hasta nuestros días.
Durante la II República española, su masónico gobierno hizo circular la de que "a las monjas, levantémosles las faldas y hagámoslas madres". Los obedientes seguidores de Sión acordaron, en un acto más bien oficioso celebrado en el Ateneo de Madrid, designar gobierno, llegando a nombrar Directora General de Prisiones a la judía Victoria Kent, comunista y masona, aun antes de tramitársele la documentación necesaria para nacionalizarse española. Y nada más constituirse el masónico gobierno, se expandió la furia iconoclasta por toda España: contra escudos, coronas, rótulos de las calles (sustituidos por nombres de masones), desmonte de estatuas y retirada de crucifijos de las escuelas. El fiscal de la República, Ángel Galarza, promueve en cadena sus famosos procesos, el primero contra el propio Rey Alfonso XIII, y dirige las más importantes depuraciones: furia persecutoria. Francisco Maciá, desde el Palacio de la Diputación de Barcelona, inicia la furia de independencia federalista con su discurso: "En nombre del pueblo catalán proclamo el Estado catalán, bajo el régimen de una República catalana, que libremente y con toda cordialidad anhela y pide a los otros pueblos hermanos de España, su colaboración para crear una confederación de pueblos ibéricos, ofreciéndoles por los medios que sean, liberarlos de la Monarquía borbónica", etc. y ... Visca Maciá! Mori Cambó! Empieza a caer una lluvia de decretos, los primeros dados a conocer a media noche. Son sepultadas viejas instituciones; más de un centenar de publicaciones son suspendidas: furia de la contracultura. Antes del mes de República comienzan a arder iglesias y conventos, extendiéndose desde Madrid al resto de España; al Cardenal Primado Dr. Pedro Segura se le comunica por escrito que: "El Gobierno no garantiza su vida en España ni por espacio de una hora", quien huye a Roma, y a su regreso es detenido, el 14 de junio, cerca de Guadalajara por una pareja de la Guardia Civil y conducido a la Comisaría, sita en los bajos del mismo Gobierno Civil, en donde le es entregado un brevísimo oficio firmado por el Gobernador José León Trejo, de urgente contenido: "Le comunico de orden del Gobierno provisional de la República española, sírvase ponerse inmediatamente en marcha hacia la frontera de Irún." Sin que el asesinato previsto llegara a consumarse por avería en el motor del coche de los dos pistoleros enviados desde Madrid con tal fin; se promocionan las fiestas políticas y profanas en detrimento de las religiosas de vieja raigambre y con tradición de siglos en España: furia antirreligiosa.
En resumen, España era objeto de toda clase de excesos de inspiración talmúdica. La convivencia era imposible ya desde los primeros momentos.
Y medio siglo después, otro gobierno igualmente marxista, hace pública la de que "hemos de gobernar como si Dios no existiese". Con similares comportamientos y alucinaciones que no hace falta citar, porque son de actualidad y están a la vista.
Al respecto, si se tiene en cuenta, como dice Linneo, que, la moral es la higiene del alma; y por otro lado, según el Schulchan Aruhk, para lavarse las manos –los judíos-basta el agua de cáscara y media de huevo, ya tenemos también aquí dos buenas medidas para enjuiciar la higiene toda del judío: la de su cuerpo y la de su alma, su soma y su psique.